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5/2/15

Smart móvil, smart tv, smart city,... ¿smart?

Hoy vamos a tratar de aclarar qué es la palabra "smart" en el uso cotidiano que se le da (y también te contaré lo que se te viene "encima" no tardando...).
Proviene del inglés y literalmente significa "inteligente". A partir de aquí, si precindiésemos de anglicismos ya intuiríamos de lo que nos hablan: de un móvil inteligente, de una televisión inteligente, de una ciudad inteligente...
En realidad no es que sean "inteligentes" por si mismos, pero sí son capaces de hacer muchas más cosas que sus versiones "no smart". Así, cuando hablamos de un smart móvil resulta que tiene conexión a Internet (y todo el potencial que de ello deriva), que tiene GPS, que tiene capacidad de hacer funcionar aplicaciones. En definitiva que tiene muchos más usos y capacidades que lo que podríamos entender estrictamente por "un teléfono móvil".

Lo mismo sucede con las "smart tv", que no son sino televisiones con capacidades similares a los smart móviles que comentábamos antes.
O de las ciudades inteligentes, en las que, por ejemplo, el transporte urbano está interconectado y controlado por ordenadores, incluso con algún autobús sin conductor, por decir algo.

Pero te quiero adelantar un nuevo término ó concepto que te va a cambiar la vida: "smart dust".

Smart dust

Traducido del inglés viene a ser algo así como "polvo inteligente". El concepto se basa en la miniaturización de sensores hasta tamaños tales que podrían pasar a estar dentro de tu cuerpo simplemente ingiriendo una píldora. Estos sensores medirían permanentemente tus constantes vitales transmitiendo a través de Internet estos datos hacia una central médica. En cualquier momento de tu vida podrías estar paseando por la calle y recibir una sorprendente llamada del médico diciéndote algo como "Manolo, pásate por mi consulta el lunes, que ya tienes cita agendada, porque tienes en este momento una pequeña arritmia y no quiero que derive en algo peor". Sí, este ejemplo se corresponde a un futuro muy cercano que vas a poder disfrutar (o padecer).

Pero la cosa va mucho más allá. Este tipo de sensores también estarán incorporados a todas las cosas que te rodean. A todo. La finalidad es conocer todos tus hábitos, todo aquello con lo que desarrolles tu día a día. Hasta la nevera va a poder controlar su contenido. Y, así, tendrás en cualquier momento una llamada en la puerta y, al abrirla, te encontrarás a alguien de reparto del súper que tú no habías encargado pero que te hace falta. Las "cosas" se autogestionarán. Y tú las disfrutarás (piensa así, es un consejo en pos de tu felicidad).

Éste es un nuevo concepto del que vas a oir mucho a partir de ya mismo: "El Internet de las cosas" ("Internet of things").

Básicamente consiste en que, hasta ahora, toda la información que existe en Internet está ahí porque las personas la han confeccionado, tecleado, pintado,... Es decir, cualquier página, cualquier reportaje, etc. ha tenido su origen en las personas y eso conforma el volumen total de la información actual que figura en Internet. Sin embargo, con la llegada de los sensores miniaturizados, cada aparato y, en general, cada cosa, podrá informar de su estado, de su contenido, etc. a través de Internet.

Esta información será recogida por infinidad de sistemas que gestionarán tus necesidades (te harán la compra, confeccionarán tus contenidos de televisión "para tí", verás publicidad "para ti", gestionarán tus visitas al mecánico, te ofrecerán ocio que te encantará,... y todo "a tu medida").

El volumen de información ya calculado será tal que los consorcios que regulan el tráfico de información por Internet ya han diseñado nuevos canales para soportar semejante y masiva situación. Ya está todo planeado y diseñado y, poco a poco, te irá llegando. Seguramente tu inmersión en este nuevo mundo también estará planificada de manera que se te irá dosificando para que ni tan siquiera seas consciente de ello y, quizá, y sólo quizá, algun día abrirás la puerta y te preguntarás: "¿y qué demonios hace aquí el mecánico de mi coche?".

Ahora ya sabes que:
  • Smart significa "inteligente" y, aplicado a un aparato, hay que entenderlo como "más capaz".
  • Oirás hablar de "smart dust" (polvo inteligente).
  • Oirás aún más el concepto de "el internet de las cosas".
  • Tu vida va a cambiar mucho, sé positivo en ello y sácale provecho. No lo veas como una intromisión.
  • Los relojes de cuerda, las plumas estilográficas y los lapiceros seguirán existiendo (y, sobre todo los últimos, rara vez fallan).

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