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19/2/15

El caso del marciano que aterrizó en el patio de mi casa.

Todos hemos oído hablar de "marcianos", esos "seres verdes y con antenas de grandes ojos negros" que vagan por el espacio con la curiosa costumbre de visitarnos de noche y, a poder ser, en el patio trasero de nuestra casa o en un bosque. Es más, dicen que hasta los hay que se atreven a entrar en la casa a darnos en privado mensajes fundamentales para nuestra sociedad.

Ah, y todos ellos usan vehículos similares con forma de paellera y de marca "OVNI". Tela.

Un "marciano" como tal sería un habitante de Marte. Lo mismo que un "terricola" es un habitante de la Tierra. Los de la Luna se llamarían "selenitas" y los de Saturno serían "saturninos" ó "saturnianos". Y así con cada ubicación en los lugares que conocemos (el vocabulario es muy rico y el diccionario sirve para algo, en serio).


La única denominación de carácter general para cualquier ser externo a la Tierra sería la de "extraterreste". Es decir, si algún día se te aparece algún ser de otro planeta en el jardín de tu casa será un "extraterrestre" hasta que te aclare de donde viene. Y si es que te lo aclara, probablemente la duda no será su denominación sino dónde demonios estará ese lugar que nos diga. ¿Sabes por qué? Porque, aunque lo improbable es que no haya más vida que la terráquea en todo el Universo, en realidad sólo conocemos (vemos) los planetas de nuestro Sistema Solar, y eso es como referirnos a la esquina de la calle en la que vivimos en relación a la Tierra entera (y me quedo corto). Apenas sabemos nada de planetas fuera del Sistema Solar (los denominados exoplanetas) y lo poco que sabemos es porque intuimos que están donde pensamos a través de cálculos matemáticos (por ejemplo, por su influencia gravitatoria sobre las estrellas) y no porque podamos observarlos directamente.

Alpha Centauri, a la izquierda
Eso sí, si realmente algún día te visita algún extraterrestre, por favor, hay que tratarle bien: ¡¡habrá tardado años en llegar hasta tu patio!! Como poco estará cansado. La estrella más cercana a la Tierra es una a la que los astrónomos llaman "Alfa Centauri" y que sólo está a 41.343.696.000.000 kilómetros de nosotros (si su nave fuera capaz de ir a la velocidad de la luz sólo tardaría en llegar unos 4,37 años). Ah, y que no se te olvide preguntarle qué combustible le echa al depósito para que le dure tanto porque no sé si tendremos aquí de eso para que pueda dar la vuelta (...).

Voyager al borde del Sistema Solar
La cuestión es que si se acerca a dar un paseo y observarnos será porque, de alguna manera, habrá tenido noticias nuestras. Eso sólo puede ser de dos formas: o bien porque hayan recibido alguna señal emitida desde la Tierra (al fin y al cabo llevamos más de medio siglo enviando potentes señales de televisión en todas direcciones) o porque hayan intuído que en nuestro Sistema Solar había planetas (difícilmente nos podrían haber observado). Lo primero cuesta creerlo porque las emisiones de radio pierden fuerza con la distancia y, aunque nos digan que Alpha Centauri es la estrella más cercana (digo ésta porque es el mejor de los casos por su cercanía) en realidad está muy lejos: a penas podemos comunicarnos con nuestras sondas espaciales que acaban de sarlirse del Sistema Solar (las Voyaguer) como para pensar en otros sistemas solares... Lo segundo cuesta creer en un acto de fe tal que alguien se anime a hacer un viaje a semejante distancia sólo para ver qué se cuece por este rincón perdido de una esquina del Universo. Y desde luego que si así fuera no sería para susurrarte al oido cosas como que "tu cataclismo final está a la vuelta de la esquina".

Diferentes marcar y modelos (...)
Ahora que ya parece que tengamos claro lo de hablar de "extraterrestres" en lugar de "marcianos", intentaremos denominar de alguna manera certera a sus fabulosos vehículos que tan variadas formas, colores y efectos presentan (o eso cuentan algunos). Se les suele llamar "platillos volantes" porque parece que todo el que viene de paseo opta por naves con esas formas, aunque hay algunos extraterrestres más sibaritas que prefieren naves con forma de "puros" o "cigarros" (¿serán limusinas estelares?). Y así otras cuantas variedades luminiscentes, parpadeantes y multicolores. Cuando no sabemos lo que es "algo que vuela" hay que llamarlo OVNI (Objeto Volador No Identificado). Pero cuidado, un OVNI puede ser cualquier cosa y en cualquier circunstancia mientras no se determine qué es. Por ejemplo, yo puedo tirar una galleta al aire y hacerle una foto para, a continuación, decirte: "mira, ¡un OVNI!" y así será hasta que determines que es una galleta. En ese momento ya no podremos llamarle de otra manera que "galleta volando por los aires". Te quiero decir con ésto que en la historia reciente de "avistamientos" sí es cierto que hay muchos OVNIS documentados, pero dista mucho de ahí a que sean fabulosas máquinas provenientes del espacio exterior. En realidad son destellos, pájaros, reflejos, nubes, efectos climáticos, restos de cohetes que se lanzaron y caen,... infinidad de cosas (sí, no te pongas triste porque casi siempre se puede determinar que su origen es "terrestre" o que son trucajes y trolas).

Visitante pacificador...
Ya quisiera yo (y toda la comunidad científica) que un extraterrestre viniera de visita. Quizá eso sería la solución a toda la tontería mundial que tenemos montada: guerras, hambrunas... porque seguramente y por primera vez tendríamos conciencia global "frente al visitante". A parte de que lográsemos que nos contase qué combustible le echa a su nave (arreglaríamos lo del petróneo de rebote).

Y fíjate que todo esto es suponiendo que ese personaje viniera de visita desde la estrella más cercana. Pero resulta que cuando se dice que "lo improbable es que no haya vida fuera de la Tierra" es porque, estadísticamente, se tienen en cuenta todas las estrellas (más bien su estimación) del Universo conocido y te aseguro que entonces sí que están a tomar vientos de nosotros. Vamos, que una cosa es aseverar que haya vida fuera de la Tierra y otra muy diferente es que esté razonablemente cerca "como para que pasemos el fin de semana juntos".

"¿Lo loncheas tú o lo hago yo?"
Continuando con este "análisis de andar por casa", damos por hecho que un "extraterrestre" tiene que ser un ser listo e inteligente (incluso alto y esbelto) con una tecnología superior (al menos a la nuestra porque actualmente no somos capaces de ir más allá de la Luna que es como salir al kiosko de al lado en comparación con la Tierra) que le permita pasear por el Universo. A ver, la vida "extraterrestre" no es un "ingeniero y piloto de otro mundo", ya que puede ser cualquier clase de vida (encontrar una simple bacteria extraterrestre sería el notición histórico de la Humanidad y probablemente el origen del cataclismo de muchas religiones y creencias). Por otro lado, un supuesto ser que venga de otro mundo estará adaptado a las condiciones de su mundo y no a las del nuestro. Por ejemplo la simple gravedad: si nosotros nos vamos a la Luna "casi flotamos" (menor gravedad), pero si nos vamos a Júpiter nuestro propio peso nos aplastaría (gravedad extrema). Por no decir la temperatura, presión, gases,... lo que sea que se nos ocurra. Pero no, "un marciano perfecto habla nuestro idioma, es verde, se pasea por nuestro jardín y nos da noticias de primera plana al oído".

Mensajes intergalácticos clave
Es decir, la realidad, queramos o no, es más simple que toda la parafernalia verde que nos cuenten o imaginemos y que, en realidad, genera un increíble negocio de publicaciones y merchandising (llaveros, muñecos, tazas, camisetas y así hasta el infinito galáctico). La probabilidad de vida en el Universo es casi una certeza pero seguramente estemos hablando de vida no inteligente. O tan inteligente como pueda ser una vaca. ¿Te das cuenta de que en la historia de la Tierra han aparecido, han evolucionado y se han extinguido muchísimas especies? Por ejemplo, los dinosaurios (ejemplo manido pero válido): fueron los reyes de la Tierra hasta hace 65 millones de años. ¿Salieron de paseo los dinosaurios en fantásticas naves? ¿Tenian televisión? ¿O radio?... Hasta donde sabemos, se dedicaban a rumiar, pelearse, comerse y, en definitiva, a subsistir. Y así muchas especies hasta que llegó la nuestra en la que sólo desde hace unos 100 años dimos un verdadero salto "tecnológico" que nos capacita limitadamente para comunicarnos en nuestra cercanía. Quizá la vida sea (pueda ser) muy común en el Universo, pero puede que la "inteligencia" sólo sea cuestión de un azar muy remoto. Una rareza. Un caso incluso único.

¡Les encantan las vacas!
Y por último, si combinamos todas las improbabilidades anteriores con la necesidad de que son necesarias dos civilizaciones avanzadas tecnológicamente como para comunicarse entre sí y reconocerse como tales (que a una vaca le visite un extraterrestre seguramente le causará la misma indiferencia que si le visitase Elvis Presley) y que, además, coincidan en el mismo momento, lo que logramos es no hablar de la posibilidad de existencia de vida sino de la posibilidad de organizar una quedada a nivel de Universo. Y eso, al menos por ahora, parece muy, pero que muy dificil. Hay proyectos como el SETI (acrónimo de Search for ExtraTerrestrial Intelligence o, en castellano, Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) en el que los científicos llevan rastreando el espacio con radio telescopios desde hace decenas de años y ni rastro de nada. Quizá sea porque no sabemos qué buscar.

Así que, de momento, un viva por la Ciencia y la razón, y lo de los jardines de casa dejémoslos para plantar manzanos y ponerles anís y galletas a los Reyes Magos por Navidad.

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