Está claro que nos hemos creado una tremenda dependencia sobre el teléfono móvil. Ya no sólo nos permite una llamada desde donde estemos sino que, además, tenemos acceso a una ingente cantidad de información y a múltiples servicios multimedia (video, sonido, etc...). Y, para más inri, ese fantástico aparato también hace buenas fotografías, videos, sonido... En definitiva, una maravilla capaz de crear dependencia.
De todo lo anterior no hay duda, pero, ¿tenemos o vamos a comprar el móvil adecuado? Me explico: no es lo mismo necesitar hablar que querer jugar a un video juego, por ejemplo. En función de nuestras necesidades hemos de determinar qué tipo de acceso a la red telefónica nos interesa y ésto es algo que normalmente no está claro acabando por adquirir los terminales en función de lo que nos haga ver la publicidad (y esto influye en el precio).